Historia del IIZD

02 jul.

Las hondas raíces del IIZD, su hermoso follaje actual y su camino hacia la floración

Las raíces del Instituto de Investigación de Zonas Desérticas (IIZD) están, como las de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), en el antiguo Instituto Científico y Literario (ICyL) (1862-1923), pues el médico Gregorio Barroeta C. se propuso formar un herbario en el ICyL con las recolectas de plantas que sus alumnos obtenían en la clase de botánica; el herbario no prosperó, pero uno de los exalumnos, el farmacéutico Isidro Palacios, elaboró y se propuso publicar, entre el fin del ICyL e inicio de la UASLP, el prodromus de la Flora de San Luis Potosí, intento que quedó en pruebas de imprenta.

La idea de un Instituto para hacer investigación sobre los recursos naturales renovables de las zonas áridas de San Luis Potosí nació en la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, en la Ciudad de México, con el geólogo Ramiro Robles R. y el geógrafo Ramón Alcorta G. Ellos convencieron al rector Manuel Nava Martínez (1952-1958), para que invitara al recién graduado biólogo Jerzy Rzedowski Rotter, a dirigir el nuevo Instituto. Así, 31 años después de que el ICyL se transformó en la UASLP, el 4 de junio de 1954 se fundó el Instituto de Investigación de Zonas Desérticas (IIZD). Jerzy Rzedowski llegó con su esposa, la bióloga Graciela Calderón. Con las pruebas de imprenta de la Flora de San Luis Potosí en las manos, los Rzedowski-Calderón iniciaron los trabajos del IIZD y empezaron a conformar el herbario, que dedicaron a Isidro Palacios. Aunque se pensó que la tarea del IIZD era atender las zonas desérticas, desde el inicio y a la fecha, también se presta atención a las zonas templadas y tropicales del estado. La llegada de los Rzedowski-Calderón fue un parteaguas en la investigación científica en la UASLP, el IIZD fue su primera dependencia científica. El inicio fue financieramente precario: sólo Jerzy recibió salario, el cual era tan bajo que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) le proporcionó una ayuda económica, y no había presupuesto para nada más. Para realizar trabajo de campo se usaba el transporte público, el automóvil que la familia de Graciela les facilitó o el esporádico auxilio vehicular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería. Tres años después, en 1957, la UNAM donó un vetusto jeep, que fue el primer vehículo oficial de la UASLP. Por ese mismo año, el IIZD contrató dos investigadores más y se inició la publicación de la primera revista científica de la UASLP, el Acta Científica Potosina, que fue un referente nacional de los años 60 a los 90 del siglo XX. El artículo fundacional de la revista fue "La vegetación a lo largo de la carretera San Luis Potosí-Río Verde", camino federal que era reciente en el estado.

Entre 1955 y 1959 los Rzedowski-Calderón publicaron 13 artículos sobre flora, vegetación y fauna del estado; ocho artículos más publicaron a partir de 1960, cuando ya no estaban en la UASLP, pues renunciaron al IIZD y regresaron a la Ciudad de México.

Los directores del IIZD, entre 1959 y 1996 fueron Fernando Medellín Leal y Nicolás Vázquez Rosillo. En esos años el IIZD se mantuvo en la somnolencia de una insoportable levedad académica; la calidad y la cantidad de trabajo académico disminuyó significativamente, fueron tiempos políticos difíciles para la UASLP, de tal manera que las preocupaciones por la excelencia académica estaban postergadas. La plantilla de investigadores y técnicos académicos llegó a ser de 21 personas, casi todas sólo con el nivel de licenciatura. El IIZD se organizó por laboratorios o departamentos, al de Botánica se agregó el de Suelos, luego los de Zoología, Hidrogeoquímica y Fitoquímica y los últimos fueron los de Contaminación y Desertificación, cada uno con su respectivo líder. En la década de los años 90 se estableció un Jardín Botánico en 2.56 ha en el Parque Tangamanga I. En 1993 el M.C. Francisco González Reyes, diseñó el emblema del IIZD.

Al final del siglo XX el rector Jaime Valle Méndez (1995-2004) se propuso clausurar el IIZD, pues nuevos vientos soplaban sobre la UASLP, que tenían la intención de hacer crecer la Universidad a la altura del avance docente y científico que promocionaban, para la educación superior, las políticas públicas de la Secretaría de Educación Pública y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. Pero el rector Valle Méndez decidió dar una oportunidad para que el IIZD se pusiera a tono con los nuevos vientos; nombró, en 1996, al Dr. Juan Rogelio Aguirre Rivera como director. La reactivación se inició con apoyo el personal que decidió realizar estudios de maestría y doctorado, otros se jubilaron y eso permitió la contratación de personal ya posgraduado. Se establecieron política para promover el trabajo científico; dentro de lo posible, se modernizaron laboratorios, biblioteca y se mejoró la flotilla de vehículos para trabajo de campo. Los departamentos fueron sustituidos por líneas de investigación en Biología funcional, Ecología de comunidades, Etnobiología, Sistemas de aprovechamiento de recursos, Sistemas de producción animal y Sistemas de producción de cosechas, las líneas funcionaron abiertas, sin liderazgos impuestos, para favorecer que los investigadores se movieran entre ellas con plena libertad intelectual y de acción. En el 2020, el final de la reactivación, la plantilla era de 25 investigadores, incluidos los técnicos académicos, la mayor parte (84 %) con doctorado y miembros del Sistema Nacional de Investigadores (72 %). Los académicos cumplieron con su tarea de docencia, fortalecieron a varias Facultades de la UASLP y participaron en la fundación de licenciaturas y posgrados. Eso atrajo tesistas, posdoctorantes, voluntarios y alumnos en servicio social. Así, al IIZD se agregaron estudiantes locales, nacionales y extranjeros. Con ellos se organizaron reuniones semestrales para comunicar las “Conclusiones, Avances y nuevas propuestas de Investigación del IIZD”, y discutir el trabajo de investigadores y tesistas. La vinculación con la sociedad se dio porque la investigación se planteó a partir de problemas sentidos por los usuarios de los recursos naturales y se trabaja en el espacio de los hechos, en busca de soluciones pertinentes y persistentes.

El IIZD, desde sus lejanas raíces en el siglo XIX, se ha consolidado como uno de los frondosos árboles de la UASLP y ahora, a partir del 2021, con su nuevo director, el Dr. José Arturo de Nova Vázquez, el IIZD se encamina a su 70 aniversario, como el decano de los Institutos de investigación de la UASLP y con el afán de lograr, en los próximos años, su floración plena, para honrar las profundas raíces que lo sustentan.

Juan Antonio Reyes Agüero

Febrero de 2021